Teórico 12: Laclau

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Laclau es un pensador argentino radicado en Inglaterra desde los ’60 a partir del golpe de Onganía. Se quedó en Inglaterra, en principio se fue con una beca para estudiar historia con Howsbban. Hoy es un filosofo político.

Es argentino. Vivió el peronismo. Militó en el PSIN, Partido socialista de Izquierda nacional, que luego de los años ’70 se transformo en FIP Frente de izquierda popular, conducido por Jorge Abelardo Ramos, un extraño personaje de la izquierda argentina, que terminó de una muy mala manera, como embajador de Menem en los años’90.  Pero en los años’40 y ’50, que fue su época fértil y más significativa, fue uno de los tres pensadores y dirigentes políticos de la izquierda argentina.Trostkista era Ramos pero no inscripto, no asimilado a la Cuarta Internacional.

Militaban juntos, con diferencias pero con cercanías al peronismo.

“La razón populista” cierre un ciclo que había comenzado con su primer libro,“Populismo e ideología populista” publicado en el año ’78, y la obsesión por entender la manera en la que se organiza el sentido de la acción política, en lugares como la Argentina, con cualidades diferentes a las de la policía europea que va de lo general a lo particular, de lo universal a lo singular, que ha quedado como modelo político. Suponte que el populismo esconde un transfondo de imprevisibilidad, falta de coherencia, de civilidad y engaña a los pobres.

Laclau intenta pensar los fenómenos políticos desde otro lugar.

En “Hegemonía y estrategia socialista”  Laclau discute con Foucault. Esta discusión contribuye a plantear la noción de discurso de Laclau.

Laclau tiene como base una formació marxista, se abrió por la corriente del lenguaje de Wingensttein y trabajó con Derridá, en cuanto al problema psicoanalítico y tomó cosas de Lacan.

Laclau discute la afirmación que el discurso está hecho de prácticas discursivas para Foucault. Foucault dice que hay prácticas extra discursivas, al contrario, Laclau dice que  no hay prácticas extradiscursivas. Se trata de pensar lo discursivo por fuera, radicalmente por fuera de la dicotomía hechos / palabras, acción / oratoria, dicotomías todas.

Estas dicotomías están sustentadas en un trasfondo metafísico, que hace pensar que unas cosas se definen en sí mismas y por sí mismas, que su nombre son su envoltorio incuestionable.

Se nos abre una suerte de escisión donde la verdad, la esencia, los principios y lo definitivo, queda del lado de las cosas y lo discursivo.

Laclau dice no hay manera de pensar la realidad social, sus términos por fuera de la significación que se atribuya.

No existe la posibilidad de definir algo por si mismo y en sí mismo.

No quiere decir que la realidad no existe.  Lo que dice Laclau es que todo lo que podemos pensar, decir, hacer, etc es constitutivamente discursivo.

La acción también es una operación discursiva.

Foucault reflexiona sobre las prácticas extradiscursivas, en la vida hospitalaria, las prácticas discursivas en medicina. Con se organizan los materiales, el espacio en las salas, la lógica, todas son operaciones discursivas. Son significaciones. Cada uno de estos elementos están organizados significativamente.

El campo del discurso es el todo. Es donde circulan las significaciones. Lo posible, no imposible, lo dicho, lo no dicho.

Los elementos que se articulan en una cadena pasan a ser momentos de un discurso.

La articulación es la operación que al poner en cadena unos elementos con otros. Los elementos son signos con otros. No hay nada que no sea signo, sino es signo es porque no hay ninguna operación de lectura sobre él.

La articulación es la operación de encadenamiento de unos signos con otros, esto es lo que produce, desata, dispara el proceso de la significación.

Laclau contrapone la articulación a cierta tradición hegeliana que concebía la posibilidad de transformación entre los elementos como procesos de mediación.

Laclau discute con la tradición hegeliana el concepto de mediación.

Laclau tiene una orientación es anti esencialista.

El concepto de mediación supone que las transformaciones se realizan dentro de un cierto marco. En cambio la articulación supone que hay una exterioridad y que la relación entre exterioridades es productiva. No todo puede reducirse a transformaciones internas que remitirán a un origen desde el cuál mediaciones van produciendo un progreso.

El problema son las articulaciones significativas en el campo del discurso.

Laclau toma como punto inicial el concepto de valor en Saussure.

El concepto de valor ha sido generalmente destacado, precisamente por suponer, la posibilidad de las definiciones de los términos de un sistema lingüístico, sin recurrir a definiciones esenciales o intrínsecas. Supone que la lengua es un sistema, donde el valor de cada uno de los términos de ese sistema, está dado por las relaciones que mantiene con la totalidad de los otros.

Si digo “mesa”, el valor de la mesa se define por las relaciones que tiene con silla, sillón, aula, escritorio, edificio, calle, colectivo. Las diferencias que se sostienen son por semejanza, cercanía, redes de relaciones que sostienen el valor especifico de la mesa.

Los fenómenos discursivos sin recaer en ningún operación esencialista, no es mesa porque en realidad hubo una vez, allá en el origen alguien que necesitaba una mesa.

Si no que dada estas relaciones de valor, dice Laclau, se puede pensar que entre mesa y sillón, hay una diferencia radical.

Laclau llama a estas relaciones de valor como relacione de equivalencias y de diferencias.

La equivalencia se establece en relación a una diferencia.
La equivalencia asume encadenamientos de distintos términos significativos. Lo hace formar parte de un universo único de sentido cuyos límites están marcados por las diferencias con un tercero, una distancia radical.

Este juego entre equivalencia y diferencia le permite a Laclau repensar las relaciones políticas en la vida social.

La política como el juego de las relaciones de fuerza. El juego activo de relaciones que pugnan en distintas direcciones, disputando la dirección de un destino común.

Las relaciones de equivalencias y diferencias permiten leer las superficies políticas de una manera relativamente original y fecunda

El Kirchnerismo se enlaza, forma parte de una cadena, donde se vuelven equivalentes, Skanska, INDEK (con K), corrupción, atril, crispación, etc., esta cadena de significantes, en realidad cada uno de estos términos, parecen ser capaces de resultar equivalentes, y de una u otra manera todos mencionar, nombrar lo que es el Kirchnerismo.

Si en cambio dijéramos tolerancia, republica, calidad institucional, buenas relaciones con la prensa, etc., estamos hablando del otro lado de la frontera. Es otra cadena que se organiza en diferencia con esta, pero cada una de ambas puede ser pensada como cadena de equivalencia porque está la otra del otro lado.

            Esta lógica nos permite repensar el concepto de hegemonía y los procesos de construcción de hegemonía.

Da un ejemplo, en el año ’72, en Argentina, se produjo un episodio. Lanusse estaba en el gobierno e intentaba coaligar el Gran Acuerdo Nacional. Llamaba a todas las fuerzas cuyo antagonista en Perón. Perón procuraba la operación similar inversa, llamar a todas las fuerzas y arrinconar a Lanusse. Lanusse no lo logró, Perón si.

Perón era el lider de mucho sectores. Tenia una palabra adecuada para todos. De modo que todos depositaban en su figura el significante. Tenia una gran capacidad para representar cada una de las demandas parciales. De volverlas equivalentes a él.

Perón hace una construcción hegemónica. Es capaz de englobar bajo la significación dominante de su figura, su política, su palabra, su candidatura, el mayor conjunto imaginable de demandas parciales y heterogéneas pero que se sentían hermanadas porque todas ellas tenían un punto de identificación con la figura de Perón, y un punto de antagonismo irreductible con el adversario Lanusse, o gobierno militar.

La idea de hegemonía se completa no sólo con la capacidad de construcción equivalencias de campos de significaciones heterogéneos, debe estar la figura de Lanusse. Sin Lanusse no había cristalización de la hegemonía. Laclau llama a esto antagonismo.

El antagonismo se refiere a una diferencia que subvierte la construcción equivalencial, que amenaza con subvertirla, se planta como su limite irreductible.

Zizek habla de la figura del judío como designante rígido. Es aquello que le impide a la sociedad alemana ser plenamente. Ese punto amenaza, impide la plenitud, es el antagonismo y opera como síntoma.

La idea lacaniana es que las identidades tienen entre otras características un elemento que le es exterior y que al mismo tiempo le es constitutivo.

La mirada de la madre es exterior y constitutiva.

La identidad tiene un vacio. Este vacio impide la plenitud de la identidad. Es el punto de fuga. Es la fisura que no logra desplegarse por entero porque tiene una falta que es constitutiva.

El antagonismo amenaza la plenitud de la falta. Subvierte la plenitud. Sin embargo, es necesario para que la identidad pueda ser construída. Es un antagonismo necesario.  

Son las operaciones del discurso que construyen al enemigo para constituirse como una identidad visible. (Verón)

Una de las operaciones políticas centrales es definir al enemigo ya que eso permite construir la identidad del político. Es aquello que no me deja ser yo, es externo a mí.

Si la sociedad plena existiera, si las demandas fueran satisfechas, las cadenas de exivalencias no existirían, no habría hegemoni, ni antagonismos.

El concepto de hegemonía tiene su punto de partida en Gramsci.
Gramsci no termina de elaborar el concepto.
Una sociedad funciona en consenso, no un acuerdo universal absoluto. La hegemonía supone un proceso de lucha. La hegemonía constituye la plataforma que permite la dominación mediante el consenso y el ejercicio de la dominación es dado por la capacidad de una serie de términos que parecen capaces de definir la realidad.

La hegemonía es un proceso central a la vida política, pero que recoge sus raíces en lo cultural, en lo simbólico. La hegemonía está hecha de ideología. La hegemonía se refiere al proceso activo de práctica de dominación. Se refiere a la capacidad de unos intereses particulares de investirse de universalidad y que el resto diga si esos son los intereses que valen.

La sociedad no existe como totalidad plena, como entidad ilusoria que parece ser capaz de contenerlo todo dentro de límites precisos.

Para que la sociedad aparezca en necesario que tenga puntos de ruptura, de fuga, de apertura para que el proceso se active, reconozca aquello elementos que obstaculizan su desarrollo.

Siempre habrá un antagoniso que subvierta la plenitud. 

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