Teórico 10. Michel Pêcheux. Hacia un análisis automático del discurso.
“Hacia un análisis automático del discurso”
Algunos aporte de Voloshinov planteadas en 1929 van a aparecer retomadas por Pêcheux en 1968
Pecheaux es un filósofo althusseriano, considerado como discípulo de Althusser, contemporáneo a otros autores francesaes como Jean Jacques Urtine, Jean Marie Marelen, quienes van a darle forma a lo que se conoce como Escuela Francesa de Análisis del Discurso. Foucault es una referencia muy importante. Van a tomar en consideración de Foucault pero en el caso específico de Pêcheux, va a plantear diferencias importantes por ser marxista althusseriano.
Pêcheux recupera trabajos de Foucault, pero también tiene una posición crítica.
Hay nociones formación discursiva planteada por Pecheaux, y fue también por Foucault.
En “Arqueología del saber” Foucault revisa la metodología para desarrollar la historia de la locura, el nacimiento de la clínica, las palabras y las cosas, etc.
En los años 60 Pêcheux intenta constituir una teoría del discurso que debería articular: la lingüística, el psicoanálisis y el materialismo histórico.
El materialismo histórico como teoría sobre la formación social como totalidades complejas cuyas instancias se articulan.
Lo ideológico no es reflejo sino una parte funcional para que se reproduzcan las relaciones sociales de producción. También la ideología tiene un papel de transformación. El proceso tiene relación con la lucha de clases que siempre es contradictorio, no simplemente reproductivista, sino que es un proceso complejo.
Del psicoanálisis tomará la noción de sujeto descentrado para pensar el sujeto del discurso.
En cuanto a la lingüística, tendrá una mirada crítica. Hay que ir más allá de las reglas sintácticas y semánticas. Más allá de la frase, de las oraciones, la macro estructura, la cohesión, la coherencia, no está el discurso para Pecheux.
El objeto de la teoría del discurso para Pecheux es dar cuenta de la determinación histórica, del nivel semántico del lenguaje, el problema de las significaciones.
Por eso, Pecheux rompe con la lingüística Saussureana que abandona el habla donde según Sausurrre no hay reglas, es el terreno de la libertad del hablante y no puede ser estudiada. Supone el sujeto como libre. También Jakobson menciona una cadena de libertad ascendente en la fonética no hay libertad. Los fonemas están impuestos si no nadie se entendería con nadie. Hay muy poca libertad salvo la creación de palabras nuevas, neologismos. Hay mayor libertad para combinar palabras y oraciones a pesar de que siguen habiendo reglas. En el discurso estaría la libertad absoluta. En el discurso el sujeto es libre
Pecheux cuestiona estas nociones
Conceptos de formación social, formación ideológica y formación discursiva
Las formaciones sociales, al modo del materialismo histórico, y con más precisión al modo del marxismo althusseriano, pero añade, en una formación social existen distintas formaciones ideológicas.
Una formación ideológica es un conjunto complejo de actitudes y representaciones que tiene que ver con posiciones de clase en relación antagónica. Son representaciones ligadas a posiciones de clase.
Una formación discursiva es lo que puede y debe ser dicho, desde una posición específica en una coyuntura determinada, determina lo que puede y debe ser dicho, desde cada posición en una coyuntura específica.
Nosotros creemos hablar los discursos, pero en realidad los discursos nos hablan a nosotros. Hay una ilusión del sujeto hablante.
El sujeto del discurso se piensa, se cree libre. Esto es una ilusión necesaria porque si bien los procesos discursivos no tienen origen en el sujeto, deben concretarse a través de los sujetos.
Es indispensable que el sujeto crea que él es el origen, la fuente del sentido.
En realidad el sujeto no es consciente que por su boca habla una formación discursiva, que su discurso está necesariamente inscripto en una cierta formación discursiva.
En cambio Foucault, que también habla de formaciones discursivas, las define como reglas para la definición de objetos, temas, modalidad, etc.
Pecheaux dice hay formaciones ideológicas que están constituidas por una o más formaciones discursivas.
La idea es que las formaciones discursivas están contenidas por las formaciones ideológicas.
La ideología tiene que materializarse en prácticas, entre ellas, las prácticas discursivas que se inscriben en determinadas formaciones discursivas.
Las formaciones ideológicas y discursivas son entidades dialécticas que se transforman constantemente unas en otras.
La tarea del análisis del discurso es reconstruir las formaciones discursivas, dentro especificar las familias parafrásticas.
El análisis del discurso no puede hacerse con un texto aislado, ni con un conjunto pequeño de textos ya que para poder reconstruir una formación discursiva es necesario tener un amplio corpus que termia trabajar la diferencia y la contradicción.
Pêcheux intenta articular la teoría del discurso con la teoría del sujeto. De ahí que plantea los dos olvidos.
Hay dos olvidos en los procesos de producción discursiva.
El olvido número1 tiene que ver con que el sujeto olvida que por su boca habla una formación discursiva. No es que lo haya sabido en algún momento y luego se olvido sino que nunca lo supo. Este olvido está relacionado con la constitución del sujeto.
Este olvido es inconsciente. Domina al olvido 2, lo no dicho.
El olvido número 2 tiene que ver con los procesos de enunciación.
Pecheux se distancia de Benveniste ya que rechaza la idea de sujeto libre que pone en funcionamiento la lengua. Conserva el concepto de enunciación y los procesos de enunciación que implica movimiento imaginario que el sujeto realiza.
Se privilegia lo dicho y se olvida lo no dicho. Uno a dicho unas cosas cuando pudo haber dicho otras. Se privilegia lo dicho sobre lo no dicho, pero se puede volver sobre lo no dicho, se puede recapitualr.
El olvido numero 2 tiene que ver con las estrategias discursivas. Es pre consciente o consciente.
Modelo de comunicación
Primero está planteando que un discurso supone siempre unos protagonistas, situados en un momento y en un lugar, circunstancia, contexto.
Un discurso siempre se inscribe dentro de relaciones de fuerza.
El proceso semántico de un discurso está históricamente determinado. Para comprender su significado hay que describir las relaciones de fuerza.
Los discursos se producen a partir de ciertas condiciones de producción. Todo discurso está contestando a otro discurso. Las condiciones de producción de un discurso son otros discursos sin que sea posible determinar el origen.
Althusser señalaba que lo que hace presentes las representaciones ideológicas no son directamente las condiciones materiales sino nuestra relación vivida con las condiciones materiales. Son las relaciones vividas, no las cosas efectivamente.
De ahí que Pêcheux va a proponer pensar que las condiciones de producción de un discurso están constituidas por una serie de formaciones imaginarias que nada tienen que ver con las condiciones objetivas.
Aparecen los puntos A y B, no son individuos sino prolongaciones, son los lugares en la estructura social. Hay posiciones imaginarias dentro de los procesos discursivos.
Esas formaciones imaginarias tienen que ver con el lugar propio y con el lugar que le atribuyo al otro en su relación conmigo. Son las imágenes que uno se hace con respecto a sí mismo, al otro y a la cosa.
Dentro de las formaciones imaginarias hay anticipaciones, imágenes. Siempre me anticipo a las representaciones imaginarias del otro.
Estas formaciones imaginarias son parte de las condiciones de producción.
Las posiciones no siempre son iguales. Todo depende de donde estemos hablando y con quien estemos hablando.
Las formaciones imaginarias están penetradas por lo que he oído y ya he dicho, otros discursos.
Estas operaciones son olvidadas.
Reglas para una teoría del discurso
- Es imposible conocer el origen de la producción de un discurso. Sería una regresión infinita.
- Si se puede analizar cómo se transformar las condiciones de producción.
- Cada nuevo discurso modifica las condiciones de futuros discursos.
- Las anticipaciones que cada uno se crea son sancionadas por las respuesta del otro. De esta forma se obliga a transformar las condiciones de producción. Replantear lo dicho. Modificar los futuros discursos según las reacciones.
Pêcheux plantea dos tipos de decodificaciones.
Todo discurso plantea una decodificación interna y una decodificación externa.
La externa es la respuesta del otro.
La decodificación interna reelabora la estrategia discursiva. Cada hablante es oyente de su propio discurso. Siempre está.
La mayoría de las veces el destinatario es múltiple, no A y B, por ejemplo, el discurso político. Tiene que hablar al que está de acuerdo y al que está en contra. La estrategia discursiva debe tener en cuenta estos dos destinatarios. Todo se vuelve más complejo.
La estrategia discursiva tiene que tener en cuenta, esa fuente de destinación, entonces ahí esto se vuelve más complejo, porque habría que tener en cuenta un C y un D. Hay situaciones en donde el esquema se vuelve más complejo.
En 1983 Pêcheux se opone al análisis estructuralista que considera al texto, como una secuencia lingüística cerrada sobre si misma y dónde por lo tanto es posible hacer un análisis inmanente.
Plantea que el análisis del discurso supone poner al discurso en relación con sus condiciones de producción, con otros discursos.
Supone que el análisis de los discursos es interdiscursivo. Es imposible analizar contextualidad, necesitamos proceder por comparación.
Si no interesa reconstruir las formaciones discursivas que determinan lo que puede y debe ser dicho, desde cada posición en cada coyuntura debemos tener un corpus amplio que de cuenta de las operaciones discursivas, construir las familias parafrásticas, de modo que podamos percibir las diferencias, coincidencias, contradicciones por parte de los diferentes actores situados en diversas posiciones sociales dentro de una misma coyuntura.