Teórico 11: Foucault - Noción de discurso. El orden del discurso. Formación discursiva. Condiciones de posibilidad. Noción de Sujeto

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Voloshinov y Pecheaux tienen diferencias, pero algunos puntos interesantes en común. Permiten pensar la vinculación de los problemas de la ideología vinculándola a la dimensión del lenguaje y/o del discurso.

El problema se complejiza no solo existe el universo ideológico sino también existe el universo discursivo. Con Foucault el problema progresa hacia otras complejidades.

Lo distintivo es que Foucault va a marcar la preeminencia del problema de los discursivo dejando atrás la problemática de lo ideológico.

En una entrevista le preguntaron a Foucault por qué no utiliza la categoría de ideología.

Foucault dice que prefiere hablar más que de discurso que de ideología. Además cree que es difícil emplearlo porque deja de lado la contraposición a la verdad, la ideología como aquello que no es verdad. Es una teoría que continúa suponiendo la verdad. La ideología está ausente, oculta, donde está la falta, donde se distorsiona.

No se puede hablar de ideología sin que aparezca la carga semántica que trae consigo la contraposición verdad y sin que aparezca el problema de la determinación por lo económico, relación con la clase social, etc.

Foucault es seguramente el autor que con mayor énfasis al concepto de discurso en el marco de los debates de la teoría social. Lo cierto es que nunca definición propiamente el concepto discurso.

Lo discursivo aparece como un campo de enunciados que mantiene entre sí, relaciones que construyen significación. En general, este campo de enunciados está predominantemente marcado por lo verbal.

Los objetos, como la locura, están construidos por y en el discurso.

La locura cobra materialidad a partir de las series de enunciados de época que se sostienen entre sí, refieren a un texto que deviene en objeto con naturalidad. Son objetos de discursos. Son construcciones discursivas.

El discurso tiene algunas características. Es material, es verdad, es accesible a través de los textos.

Hay quienes ubican a Foucault como estructuralista, pero el propio Foucault se ha declarado anti-estructuralista. No hay dudas que en su formación hay huellas del estructuralismo francés de los 50 y 60. Hay otros que lo califican de post-estructuralista como a  Deleuze y Derrida, aunque no hay parentesco directo entre ellos tres. Cada uno propone diferentes proyectos teóricos. También lo han llamado el filósofo de la discontinuidad. El pensamiento de Foucault no es fácil de clasificar o por lo menos como venía siendo todo hasta los 50.

Después de la post-guerra estudia en un colegio jesuita, al salir pasa por la universidad, hace una universidad más o menos notable, al salir de la post- guerra, lo pesca Althusser, lo convierte de algún modo en uno de los jóvenes que giran en torno de su actividad de investigación e inclusive se supone que por inducción de Althusser, se afilia al Partido Comunista, dura poco Foucault. Sus biógrafos dicen que entre 1950 y 1953 formo parte del PC francés nunca con demasiado fervor y que en el ’53 rompe, se separa del PC, en crisis por lo que significa el estalinismo en la Unión Soviética y en Europa del este, luego tiene una militancia activa y ya la mas conocida llamado en el Grupo de Información sobre Prisiones (GIP), que se encargaba de difundir, las necesidades y problemas, tensiones y cuestiones relativas al aislamiento de la prisión, con los presos contemporáneos en Francia. Luego de esta militancia tiene una participación que es recordada en el año’68, es uno de los pensadores, uno de los filósofos que de alguna manera se suman al movimiento estudiantil, mantiene una serie sistemática de debates con las  distintas agrupaciones políticas estudiantiles, hay quienes sostienen, dicen que formó parte de manifestaciones callejeras, y paulatinamente comienza a cobrar el relieve que darían sus primeras obras. En 1965, aproximadamente publica “Las palabras y las cosas”, su primer obra importante, que le da un renombre y un prestigio notorio, en el mundo intelectual francés, hay algún libro anterior pero es poco recordado, y uno años después, en 1970, a fines de 1970, es elegido para incorporarse al Collège de France, esta institución es sumamente elitista,  aristocratizante, que tiene un número fijo de gurúes ocupados por grandes catedráticos de carácter vitalicio, para entrar al College de France hay que ocupar la fila de alguno que ya haya fallecido, Foucault entra ocupando la silla de un importante filósofo francés Jean Hypollitte, y toma con algunas transformaciones lo que eran sus clases, el tema de sus clases, no digo cátedra porque no cabe decir cátedra en el College, que era una suerte de Jean Hypollitte, Historia de las ideas, filosofía de las ideas, Foucault lo transforma con acuerdo del College, en una historia de los sistemas de pensamiento, es en lo que se denominaría corrientemente un historiador de la cultura, de las ideas, del pensamiento.
           

El texto “El orden del discurso” publicado en 1971 se asume como la frontera entre el primer Foucault, el de la arqueología y un segundo Foucault, el de la genealogía.

 “La arqueología del saber” es un texto metodológico. Foucault reflexiona de qué modo ha realizado sus investigaciones, el origen de la clínica, de la locura, etc. Es un análisis del discurso bajo la forma de archivo. Aparecen los conceptos de enunciado y relaciones de enunciados como modos de entender el funcionamiento del campo de los discursos.

No hay una oposición tajante entre arqueología y genealogía.

Según Foucault con genealogía pretende ampliar el foco y detenerse en las relaciones, en las secuencias, de los parentescos que se producen en ciertos campos de discurso, en las formaciones discursivas.

El término de formación discursiva aparece como necesidad.

Un discurso es un sistema generador de una serie de enunciados posibles.

En la genealogía, el énfasis está puesto en las condiciones de posibilidad de la emergencia de un discurso o de otro. Pensar las formaciones desde una óptica de las condiciones de posibilidad de su emergencia.

El concepto de discurso es central en Foucault.

El problema del saber y la verdad en la etapa de la arqueología.
El problema del poder y la verdad en la etapa de la geneaología.

El argumento para descartar el uso del término ideología es su contraposición con la verdad.

Esto le preocupa a Foucault. Es anti esencialista. Descree que haya una verdad que no sea establecida discursivamente. La sociedad establece lo falso y lo verdadero dependiendo del contexto histórico. Cada contexto histórico tiene su régimen de verdad.

Un régimen de verdad es el resultado de determinadas condiciones de posibilidad que emergen de un campo discursivo que organiza la producción de los enunciados, establece los límites de lo falso y lo verdadero.

El saber es una disposición del discurso. Las operaciones tienen lugar dentro del campo discursivo, en el cual todos estamos inscriptos, todos participamos, no podríamos estar afuera de lo social. (Nota: El campo social sería lo ideológico)

El orden social es efecto del y en el discurso.
El discurso es el campo de las significaciones conocidas, habidas y posibles.
No hay anclaje específico de los sujetos aunque son imprescindibles en el proceso.

Foucault ha sido acusado de desestimar el estatuto de sujeto, de suponer que el sujeto no es más que otro objeto de discurso.

Nuestra noción de sujeto es que están constituidos en y por el discurso, no tienen existencia más allá. No es la fuente de sentido.

El sujeto es una construcción del propio discurso y solo en él tiene sentido, en el campo del discurso.

El sujeto es un efecto de relaciones sociales que se establecen en un cierto proceso histórico.

El sujeto es el efecto de las prácticas que tiene lugar en un cierto dominio.

El sujeto es un efecto de prácticas que construyen al sujeto bajo cierta forma.

El problema de la verdad para Foucault es el problema en que en el campo del discurso se organizan los límites dados con ciertos contextos históricos – culturales, ciertos dispositivos del saber, organizan lo verdadero y lo falso. Aparece primer plano la cuestión del poder. El hecho de organizar el conjunto de enunciados dados o posibles bajo determinadas reglas constituye el poder.

El concepto de Poder en Foucault es un quiebre con el concepto asociado a el poder soberano, el contrato social.  

Esto implica que las relaciones de poder dejan de ser exclusivamente negativas, represivas, para entendérselas como productivas, afirmativas. Es una operación que establece cómo son las cosas

Esta operación supone una noción no inocente, no benevolente, pero productiva. No el poder como prohibición que marca el comportamiento sino como una operación que marca el camino por donde la sociedad debe transitar.

Hay que pensarlo como un fenómeno que derrama desde arriba hacia abajo una trama densa de relaciones que se hacen presentes en todas las instancias y rincones de la vida social. Como una trama de relaciones y no como depósito de poder en algún lado centralizado.

Significa comenzar a pensar las relaciones sociales como atravesadas por relaciones de poder.

La vida social está atravezada por las relaciones del poder.

El poder atraviesa todo, nuestros actos, nuestros vínculos, nuestros modos de relacionarnos, nuestras propias actividades, etc.

Lo verdadero y lo faso es el efecto de poder.
El poder como efecto de la presunta verdad, el saber.

El saber construye poder. El poder construye saber.

El problema de la verdad, del saber es inseparable del problema del poder

La frase de “tomar el poder” carece de sentido.

Nosotros somos parte de entramado de poder. Tiene nuestro consentimiento.

Donde hay una relación de poder al mismo tiempo hay resistencia, dice Foucault.

No hay poder sin resistencia, pero porque el poder no es algo que tiene uno sino que es una relación se establece en el seno de la vida social, se alimenta, atraviesa, se constituye, se organiza en y por el campo del discurso.

En realidad nos constituimos bajo ciertas reglas, ciertos límites, pero también debe advertirse que no hay en Foucault en la relación entre discurso y poder una concepción de actores sociales, estables, fijos, como una clase social o de actores construidos por una determinación económica. Las significaciones organizan la vida material, no son un reflejo secundario.

Esta noción de la verdad ha emparentado a Foucault con Nietzche, el de la gran ciencia, donde tan la verdad como su ausencia son problemas políticos-sociales y son arbritrarios.

De ninguna manera es una hermenéutica del sujeto que constituye el núcleo irreductible del mundo, por el contrario, el sujeto es efecto de prácticas, de relaciones sociales constituidas y no un lugar de origen como fuente o fundamento.

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