Teórico 4: Aclaraciones sobre la Ciencia y la Ideología. Sobre el papel de la ideología en la vida social.
Palabras claves: Ciencia, Sujeto, Condiciones, Contexto, Ideología, Historia, papel activo de la ideología, aparatos ideológicos, operaciones ideológicas son discursivas, dispositivo que construye sujetos, Sujetos no de conciencia sino de prácticas, Interpelación
Cuando Althusser habla de ciencia, habla no sólo de ciencia en el sentido clásico sino en particular le interesa lo que en sus términos es la teoría del materialismo histórico; y la teoría del materialismo histórico es, para él, ciencia. Hay un par de afirmaciones que podrían referirse al resumen en término de “en definitiva, no es posible pensar la ciencia por fuera de la ideología”. A mi me parece que es simplificador; por el otro lado, diría que recae en ciertos latiguillos de los que somos a veces adictos. Quiero simplemente decir que el latiguillo según el cual todo tiene que ver siempre con el contexto histórico-político-social-económico, es una afirmación fácil, seductora, que abarca una enorme porción de los fenómenos a los que podemos referirnos. Pero algunos ejemplos posibles en la historia de la ciencia, y bastaría un ejemplo para tirar abajo la universalidad del enunciado, un solo ejemplo bastaría. ¿Hay algo que podamos llamar ciencia, conocimiento? ¿Algo que sea conocimiento y no sea, como diría Pecheux, ni reconocimiento ni desconocimiento, que son por excelencia las operaciones de la ideología?.
Por supuesto que las condiciones bajo las cuales operaron los laboratorios, etc etc etc, todo lo que quieran, por supuesto que nadie va a negar lo obvio. Pero hay un plus. Y este plus merece una atención diferencial. Lo que dice Althusser en todo caso, es que la ciencia es un discurso sin sujeto. Y no hay sujeto por esto, porque no tiene sujeto la manera en la que reacción química inhibe la patología de la poliomielitis. No tiene sujeto. Sujeto sujetado, no tiene sujeto por interpelación ideológica de ciertas operaciones del discurso, etc etc etc. No tiene sujeto de voluntad y conciencia, no tiene sujeto de esperanzas, sueños o deseos reprimidos. Esa reacción química produce, liquida una patología. O el avión una vez que carretea a 250 km por hora, pone los flippers y parece que va para arriba. Y después, pesado como es, se sostiene.
Otra cosa que quiero aclarar es la supuesta contraposición ideología/ ciencia.
No es Althusser que piensa eso de ningún modo. En ningún sentido se trata de establecer cartones que dividen. Se trata de entender que la atmósfera que respiramos, es una atmósfera de reconocimientos. La pelea por el conocimiento supone, así sea por un instante y sin abandonar la condición ideológica de un montón de prácticas en las que uno está inmerso, situarse en otro lugar. Reconocimientos y desconocimientos.
Con la excepción hecha de lo que acabo de decir de las ciencias sin sujetos, y quizás alguna otra excepción, no cabe duda de que el noventa y pico por ciento de las operaciones del discurso están inscriptas o están atravesadas o empapadas en lo ideológico, no caben dudas.
Deberíamos decir lo ideológico que allí aflora hace evidente el papel crucial que está dimensión de la vida social tiene en la producción de hegemonía o en la reproducción de la dominación en las relaciones sociales. Es una operación más amplia que tiene que ver con lo político social cultural de las relaciones cotidianas y no tan cotidianas.
Lo que nos interesa de lo ideológico, si lo ideológico es por excelencia un modo de clausurar la significación estabilizándola, naturalizándola, creando la ilusión de su transparencia, creando la ilusión de que esa representación es la única posible, si esto es por excelencia la operación de la ideología nos interesa por excelencia cuando esto tiene consecuencia para el proceso de la vida social. Por excelencia, perdonen por el sobreuso, con los fenómenos político – culturales.
Althusser es un teórico de cómo las cosas se reproducen. En vez de ser un teórico de cómo se transforman. Pierre Bourdieu que fue althusseriana (tuvo su época althusseriana y después dejó de serlo, tomó una distancia crítica con Althusser como muchos) y escribió un libro que se llamaba “La Reproducción”.
Una investigación sobre el sistema escolar francés destinado a demostrar en qué manera el sistema escolar francés estaba básicamente destinado a reproducir durante siglos a la manera en que las clases dominantes lo requerían.
Alumno: La ciencia no está absolutamente y completamente independiente de las condiciones. Permite reflexionar sobre el rol del investigador y reflexionar para producir el distanciamiento crítico que se requiere.
Profesor: Por supuesto. Estoy totalmente de acuerdo con vos. Hay una distinción entre la historia externa de la ciencia y la historia interna. La historia externa entendemos que es absolutamente imposible que Newton hubiese aparecido en otra época. Si tomamos el concepto de horizonte o régimen epistémico de Foucault entenderíamos que hay épocas que están marcadas por tipos de preocupaciones, tipos de interrogaciones, tipos de dirección de la mirada, y que se necesitan esas condiciones de época para que por ejemplo un señor como Newton se ponga a ver qué pasa con las leyes de gravedad. Ahora, al mismo tiempo hay una historia interna. Foucault nos ofrece el concepto de episteme que me parece en ese sentido muy rico, muy fértil, desde el cual podemos perfectamente entender por qué Newton o Kessler además de ser astrónomos por qué fueron astrólogos, levantaron cartas astrales. Porque en el horizonte epistémico de la época no estaba bien visto. Estas son condiciones de producción. Pero después está lo que supone el avance del conocimiento, si es que acaso hay avance. O aquello que podemos llamar historia externa del desarrollo del conocimiento, donde ciertas proposiciones alcanzan a tener un tipo de contacto con lo real que resiste las modificaciones en las condiciones de producción que las hicieron posibles. Sin condiciones de posibilidad no aparecen. Pero pensando en sus propios términos, guarda cierta autonomía del contexto.
La historia interna no depende de la historia externa. La historia externa no determina la historia interna.
El materialismo histórico, para Althusser, es la producción teórica nos permite ponernos en una posición objetiva con los procesos históricos.
Un cierto cientificismo afirma que la ciencia, para ser tal, además debe ser predictiva. Yo no creo que Althusser lo esté pensando en términos de la predicción meteorológica. Es una de las posiciones más empirista y tradicional método de la ciencia. Hay quienes dicen (epistemólogos serios de las ciencias naturales) que la predicción sólo es posible en sistemas particularmente cerrados y muy regulares.
En rigor, Marxismo y Humanismo, Ideología y Aparatos ideológicos y Contradicción y Sobredeterminación Althusser se apoya en Gramsci.
Luckács ubica el problema de la ideología en relación todavía con la conciencia en el centro de la cuestión, la conciencia y en su capacidad para regenerarse, autogenerarse, autorealizarse,
En cambio, Gramsci estaba en las relaciones sociales. Y estaba en la cultura popular en el sentido común como elementos insustituibles.
La manera en la que de otro modo inexplicablemente las sociedades mantienen para consigo mismas una cierta comunidad, una cierta cohesión, una cierta solidaridad entre sus términos; Gramsci utiliza el término cemento para aludir al papel que le cabe a la ideología en la vida social. Esta es la noción de la que parte Althusser.
No habría manera desde el punto de vista de las puras relaciones sociales de producción de garantizar su mantenimiento y reproducción si no es con la ayuda de un resorte que precisamente capture la subjetividad, capture la conciencia, la voluntad. Entonces esto me parece crucial: la ideología no es un mero reflejo de las condiciones materiales, porque tiene un papel activo que cumplir y para cumplir un cierto papel debe estar dotada de características que van más allá de un mero reflejo. Tiene que estar dotada de una capacidad que no es la de un reflejo, tiene capacidades propias. de hacer posible que el orden social exista; contribuir a que las relaciones sociales de producción se mantengan y reproduzcan.
La sociedad tiene un cierto orden, y todos contribuimos a mantenerlo simplemente porque trabajamos, cumplimos. Mantenemos un cierto orden, creemos en un cierto orden, y este orden está instalado en la vida social a partir de que nuestras cabezas, o en nuestras tripas o en nuestros corazones, hemos dado por buena la existencia mínima de un cierto orden sin que nadie nos amenace de muerte.
El esfuerzo de Althusser es decir señores la ideología tiene un papel activo, como ya lo dijo y usó la palabra en Marxismo y Humanismo. No es un mero reflejo, tiene un papel activo, hace su parte en una tarea compleja porque la teoría clásica del estado en la estructura jurídico política no solo existe una disposición que es a reprimir, a actuar coactivamente contra quien transgrede el orden. Si no existiese una disposición mayoritaria a seguir el orden no alcanzaría la fuerza de la coacción. Sería impensable. Las fuerzas de la coacción alcanzan porque están restringidas a los casos límites en los que algunos que otros transgreden el orden más allá de lo que el sistema general admite para su subsistencia.
Entonces le dice a la teoría clásica el estado no es sólo un aparato que administra por la fuerza, por la coacción, la vida social; sino que también hay que computar dentro de esa organización los recursos no coactivos que están funcionando, con lucha de clases y todo, pero funciona. Y entonces inventa esta noción de los aparatos ideológicos, jugando a una simetría simplista con que hay aparatos represivos.
Lo que va a llamar aparatos ideológicos en rigor, y él lo aclara, son instituciones, él dice privadas, me parece más claro decir instituciones de la sociedad civil.
Son instituciones de la sociedad civil y que están en principio por fuera del orden político: la familia, el culto, la educación, la educación es la transferencia de una generación a otra de los saberes acumulados, otros como la comunicación. Por supuesto que tuvo un enorme impacto en el campo de estudios de la comunicación la hipótesis de pensar los medios de comunicación masiva como aparato ideológico por excelencia de la vida contemporánea. No ya la escuela como pensaba Althusser en el año ´70. Pero instituciones de la sociedad civil que hacen suyo el cometido de construir, preservar, reproducir ciertos elementos axiales del orden social por cuenta propia, y aparte por supuesto funcionales (diría hoy el diario Clarín) al mantenimiento y la reproducción general de las relaciones sociales de producción.
La ideología en este contexto radica, se despliega en las operaciones discursivas que tienen lugar en el seno de estas instituciones de la sociedad civil
Esas operaciones ideológicas que son discursivas que circulan en la familia. Estas operaciones discursivas al animalito al teológico humanoide, lo va convirtiendo en un humano pleno, lo inscribe en un orden, y al inscribirlo en un orden al mismo tiempo lo construye sujetado a ese orden.
Estas operaciones que son las operaciones que Althusser llama en la segunda parte operaciones de interpelación, constituyen por excelencia el dispositivo por el cual la ideología construye sujetos. Y nos construye desde el nivel de la existencia biológica porque los va socializando, los va humanizando, los va dotando de lenguaje cargado de reglas, cargado de la noción de lo que se puede y lo que no se puede, cargando de opciones y límites en la que habrá de desenvolverse libremente.
Althusser concibe a estos sujetos no como depósitos de conciencia sino como en prácticas, como en ejercicios de moralidades de intervención en la vida común que de algún modo están cargados de significación, y en general en la mayoría de las veces de una significación que contribuye o al menos es claramente compatible con el orden general hegemónico.
El tema de la interpelación está construyendo es una noción de sujeto radicalmente distinta a la de la filosofía clásica, asumiendo de que en este sujeto de lo que se trata es de la ilusión de ser libre, de la ilusión de ser conciente, de la ilusión de actuar por voluntad y razón, y en rigor ser una criatura que ha sido constituida para funcionar en un orden que establecido bajo ciertas reglas.